Curso 2013-2014

La invitación de Pablo, "Estad siempre alegres", conlleva una responsabilidad...

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Manuel

El Beato Manuel Domingo y Sol, fundador de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos

La Hermandad

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El Reguero

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sábado, 12 de octubre de 2013

Joaquín Jovaní y compañeros mártires

Este domingo, 13 de octubre, en Tarragona viviremos una beatificación «récord», como han tildado los medios de comunicación. Pero los martirios «siguen dándose hoy», a cada momento. Nos preparamos para la beatificación de 522 mártires españoles del siglo XX que tendrá lugar el 13 de octubre.
Todavía está en el recuerdo el reciente ataque a la ciudad de Malula, en Siria, y el asalto a una familia grecocatólica a la que forzaron a abandonar su fe. Al no hacerlo les asesinaron. El arzobispo de Tarragona, Jaume Pujol,  comentó hace unas semanas: “el martirio no son las persecuciones que tuvieron lugar durante la época de los romanos, sino que es algo muy actual. Esta familia siria vivió un verdadero martirio por odio a la fe”.

La del 13 de octubre será la beatificación más numerosa de la historia de la Iglesia. Tiene lugar precisamente en la ciudad de Tarragona “para unir estos mártires del siglo XX con los que murieron en los primeros siglos del cristianismo”, como son los santos mártires Fructuoso, Eulogio y Augurio. “Esta beatificación es la gran oportunidad pastoral para entender que el martirio de estas personas es la coherencia con su fe en un acto de amor supremo, que fue entregar su vida. Y también para aprender de ellos el perdón y la misericordia”, ha afirmado el Obispo de Tarragona.

Hemos de explicar que se les designa “mártires del siglo XX” y no mártires de la Guerra Civil española, pues algunos de los mártires que se van a beatificar no murieron durante los años de la Guerra Civil. “Sería equívoco pensar que estos mártires fueron combatientes caídos en la Guerra Civil, o que fueron víctimas de cualquier tipo de venganza, sino que murieron por amor a Jesucristo, por su fe. Martínez Camino también comentó que “durante el siglo XX más personas sufrieron el martirio que durante todos los siglos anteriores”.Se espera que asistan unas 20.000 personas y estarán disponibles unos 700 voluntarios. Monseñor Martínez Camino ha insistido en que será una beatificación “austera y digna”. Estarán presentes obispos de casi todas las Diócesis de España y unos 200 alcaldes de las localidades originarias de los mártires que se beatificarán. Una copia de la Virgen de Monserrat, patrona de Cataluña, presidirá el altar de la celebración.

Bajo el altar en el que se celebrará la Misa de Beatificación estarán las reliquias de San Jaime Hilario, San Pedro Poveda, fundador de las Teresianas, San Inocencio de la Inmaculada, sacerdote pasionista que murió en 1934 y que fue beatificado en 1999 y de los protomártires San Fructuoso, San Eulogio y San Augurio que murieron en el siglo III.

Con esta multitudinaria beatificación, serán ya 1523 los mártires fallecidos en España beatificados recientemente. Esta beatificación no es un acto político ni reivindicativo. Por eso, tal y como Benedicto XVI pidió para otras celebraciones multitudinarias, “no habrá pancartas ni banderas de ningún tipo con el fin de que este acto sea exclusivamente un acto religioso.

El Obispo de Tarragona, Mons. Jaume Pujol, ha insistido en que “esta beatificación no va contra nadie. Sólo se quiere honrar a estas personas. Hablamos de diálogo, de respeto y de perdón, que es la gran lección que estos mártires nos dan, al igual que Jesús en la cruz”.

Desde un principio la Iglesia ha celebrado la memoria de los mártires, que son los santos por antonomasia. San Policarpo de Esmirna, martirizado hacia el año 155, puede haber sido el primero a quien la Iglesia dispensó un culto especial.
Los mártires han vivido el misterio pascual de Jesús de la manera más literal posible, en el derramamiento de su sangre. Al celebrar a los mártires, celebramos el misterio pascual de Cristo con el que ellos se han identificado, y del que han sacado la gracia y la fuerza para ser fieles en el martirio. El único santo es Jesucristo, y la santidad de los santos no es independiente de la de Cristo, sino participación de ella. Celebramos la fuerza de Cristo presente en medio de la debilidad de los hombres.

El concilio Vaticano II nos recuerda: “La Iglesia introdujo en el círculo anual el recuerdo de los mártires y de los demás santos, que llegados a la perfección por la multiforme gracia de Dios y habiendo ya alcanzado la salvación eterna, cantan la perfecta alabanza a Dios en el cielo e interceden por nosotros. Porque al celebrar el tránsito de los santos de este mundo al cielo, la Iglesia proclama el misterio pascual cumplido en ellos, que sufrieron y fueron glorificados con Cristo, propone a los fieles sus ejemplos, los cuales atraen a todos por Cristo al Padre y por los méritos de los mismos implora los beneficios divinos” (SC 104).

Entre los nuevos mártires está Joaquín Jovaní y otros 14 sacerdotes Operarios Diocesanos, «muertos por odio a la fe en España». Todos eran formadores de seminaristas, en ningún caso personas implicadas en la política, y testimoniaron que el seguimiento de Jesús pasa por la Cruz…, pero nunca acaba en ella, sino en el cielo.
Durante los años 1936-9 la estadística nos da el número de 12 obispos asesinados; 4.184 sacerdotes seculares, incluidos los seminaristas; 2.365 religiosos y 283 religiosas. Un total, por tanto, de 6.844, a los que pueden añadirse gran número de seglares que fueron inmolados por solos motivos religiosos.
Incluidos en esa lista fueron asesinados solo por el hecho de ser sacerdotes un total de 30 Sacerdotes Operarios Diocesanos. La Hermandad hacía pocos años había sido fundada en 1883, en Tortosa (Tarragona) por el sacerdote Manuel Domingo y Sol, que falleció en 1909. Se trataba, pues, de una asociación sacerdotal de reciente creación. El martirio diezmó en un tercio la institución.

En 1995 beatificaba el papa Juan Pablo II, de esa treintena mencionada, a nueve sacerdotes operarios mártires, encabezados por Pedro Ruiz de los Paños. Y siguió en marcha el proceso de los otros veintiuno restantes. Ahora sumamos estos otros 15 Operarios mártires, encabezados por Joaquín Jovaní, que son declarados Beatos y Mártires en Tarragona el 13 de octubre de 2013.
Nuestros mártires fueron ejemplares en vida y Dios quiso concederles el gran premio del martirio, don concedido a pocos. Todos estos mártires fueron al martirio con una vida madura de virtudes y no por casualidad… Las cualidades humanas y el perfil espiritual de cada uno de ellos son dignos de ser propuestos como ejemplo y punto de referencia para todos. Que su sangre, derramada por confesar a Cristo, suscite siempre en la Iglesia pastores según el corazón de Dios, que se nos ha revelado plenamente en el corazón de Cristo buen Pastor.

Todos ellos son sacerdotes-mártires, educadores de numerosos sacerdotes, muchos de los cuales los emularon en el testimonio supremo del martirio.

+ Padre de bondad, que con la sangre de tus sacerdotes Joaquín Jovaní Marín y compañeros, fecundaste su labor apostólica, orientada de manera especial a la formación sacerdotal, concédenos, por su intercesión, abundantes vocaciones para dispensar tus misterios, fidelidad en el servicio de tu Reino, y la gracia que te pedimos por su intercesión. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

miércoles, 14 de agosto de 2013

Vayan, sin miedo, para servir

Queridos hermanos y hermanas,
queridos jóvenes

«Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos». Con estas palabras, Jesús se dirige a cada uno de ustedes diciendo: «Qué bonito ha sido participar en la Jornada Mundial de la Juventud, vivir la fe junto a jóvenes venidos de los cuatro ángulos de la tierra, pero ahora tú debes ir y transmitir esta experiencia a los demás». Jesús te llama a ser discípulo en misión. A la luz de la palabra de Dios que hemos escuchado, ¿qué nos dice hoy el Señor? ¿qué nos dice hoy el Señor? Tres palabras: Vayan, sin miedo, para servir.

1. Vayan. En estos días aquí en Río, han podido experimentar la belleza de encontrar a Jesús y de encontrarlo juntos, han sentido la alegría de la fe. Pero la experiencia de este encuentro no puede quedar encerrada en su vida o en el pequeño grupo de la parroquia, del movimiento o de su comunidad. Sería como quitarle el oxígeno a una llama que arde. La fe es una llama que se hace más viva cuanto más se comparte, se transmite, para que todos conozcan, amen y profesen a Jesucristo, que es el Señor de la vida y de la historia (cf. Rm 10,9).
Pero ¡cuidado! Jesús no ha dicho: si quieren, si tienen tiempo vayan, sino que dijo: «Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos». Compartir la experiencia de la fe, dar testimonio de la fe, anunciar el evangelio es el mandato que el Señor confía a toda la Iglesia, también a ti; es un mandato que no nace de la voluntad de dominio, de la voluntad de poder, sino de la fuerza del amor, del hecho que Jesús ha venido antes a nosotros y nos ha dado, no nos dio algo de sí, sino se nos dio todo él, él ha dado su vida para salvarnos y mostrarnos el amor y la misericordia de Dios. Jesús no nos trata como a esclavos, sino como a personas libres, amigos, hermanos; y no sólo nos envía, sino que nos acompaña, está siempre a nuestro lado en esta misión de amor.
¿Adónde nos envía Jesús? No hay fronteras, no hay límites: nos envía a todos. El evangelio no es para algunos sino para todos. No es sólo para los que nos parecen más cercanos, más receptivos, más acogedores. Es para todos. No tengan miedo de ir y llevar a Cristo a cualquier ambiente, hasta las periferias existenciales, también a quien parece más lejano, más indiferente. El Señor busca a todos, quiere que todos sientan el calor de su misericordia y de su amor.
En particular, quisiera que este mandato de Cristo: «Vayan», resonara en ustedes jóvenes de la Iglesia en América Latina, comprometidos en la misión continental promovida por los obispos. Brasil, América Latina, el mundo tiene necesidad de Cristo. San Pablo dice: «¡Ay de mí si no anuncio el evangelio!» (1 Co 9,16). Este continente ha recibido el anuncio del evangelio, que ha marcado su camino y ha dado mucho fruto. Ahora este anuncio se os ha confiado también a ustedes, para que resuene con renovada fuerza. La Iglesia necesita de ustedes, del entusiasmo, la creatividad y la alegría que les caracteriza. Un gran apóstol de Brasil, el beato José de Anchieta, se marchó a misionar cuando tenía sólo diecinueve años. ¿Saben cuál es el mejor medio para evangelizar a los jóvenes? Otro joven. ¡Éste es el camino que ha de ser recorrido por ustedes!

2. Sin miedo. Puede que alguno piense: «No tengo ninguna preparación especial, ¿cómo puedo ir y anunciar el evangelio?». Querido amigo, tu miedo no se diferencia mucho del de Jeremías, escuchamos en la lectura recién, cuando fue llamado por Dios para ser profeta: «¡Ay, Señor, Dios mío! Mira que no sé hablar, que sólo soy un niño». También Dios les dice a ustedes lo que le dijo a Jeremías: «No les tengas miedo, que yo estoy contigo para librarte» (Jr 1,6.8). Él está con nosotros.
«No tengan miedo». Cuando vamos a anunciar a Cristo, es él mismo el que va por delante y nos guía. Al enviar a sus discípulos en misión, ha prometido: «Yo estoy con ustedes todos los días» (Mt 28,20). Y esto es verdad también para nosotros. Jesús no nos deja solos, nunca deja solo a nadie. Nos acompaña siempre.
Además, Jesús no dijo: «Andá», sino «Vayan»: somos enviados juntos. Queridos jóvenes, sientan la compañía de toda la Iglesia, y también la comunión de los santos, en esta misión. Cuando juntos hacemos frente a los desafíos, entonces somos fuertes, descubrimos recursos que pensábamos que no teníamos. Jesús no ha llamado a los apóstoles para que vivan aislados, los ha llamado a formar un grupo, una comunidad. Quisiera dirigirme también a ustedes, queridos sacerdotes que concelebran conmigo esta eucaristía: han venido a acompañar a sus jóvenes, y es bonito compartir esta experiencia de fe. Seguro que les ha rejuvenecido a todos. El joven contagia juventud. Pero es sólo una etapa en el camino. Por favor, sigan acompañándolos con generosidad y alegría, ayúdenlos a comprometerse activamente en la Iglesia; que nunca se sientan solos. Y aquí quiero agradecer de corazón a los grupos de pastoral juvenil, a los movimientos y nuevas comunidades que acompañan a los jóvenes en su experiencia de ser Iglesia, tan creativos y tan audaces. ¡Sigan adelante y no tengan miedo!

3. La última palabra: para servir. Al comienzo del salmo que hemos proclamado están estas palabras: «Canten al Señor un cántico nuevo» (95,1). ¿Cuál es este cántico nuevo? No son palabras, no es una melodía, sino que es el canto de su vida, es dejar que nuestra vida se identifique con la de Jesús, es tener sus sentimientos, sus pensamientos, sus acciones. Y la vida de Jesús es una vida para los demás, la vida de Jesús es una vida para los demás. Es una vida de servicio.
San Pablo, en la lectura que hemos escuchado hace poco, decía: «Me he hecho esclavo de todos para ganar a los más posibles» (1 Co 9,19). Para anunciar a Jesús, Pablo se ha hecho «esclavo de todos». Evangelizar es dar testimonio en primera persona del amor de Dios, es superar nuestros egoísmos, es servir inclinándose a lavar los pies de nuestros hermanos como hizo Jesús.
Tres palabras: Vayan, sin miedo, para servirVayan, sin miedo, para servir. Siguiendo estas tres palabras experimentarán que quien evangeliza es evangelizado, quien transmite la alegría de la fe, recibe más alegría. Queridos jóvenes, cuando vuelvan a sus casas, no tengan miedo de ser generosos con Cristo, de dar testimonio del evangelio. En la primera lectura, cuando Dios envía al profeta Jeremías, le da el poder para «arrancar y arrasar, para destruir y demoler, para reedificar y plantar» (Jr 1,10). También es así para ustedes. Llevar el evangelio es llevar la fuerza de Dios para arrancar y arrasar el mal y la violencia; para destruir y demoler las barreras del egoísmo, la intolerancia y el odio; para edificar un mundo nuevo. Queridos jóvenes: Jesucristo cuenta con ustedes. La Iglesia cuenta con ustedes. El Papa cuenta con ustedes. Que María, Madre de Jesús y Madre nuestra, los acompañe siempre con su ternura: «Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos». 

Amén.

Francisco, PP
Santa Misa para la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud
Copacabana, Río de Janeiro (Brasil), 28 de julio de 2013

viernes, 19 de julio de 2013

Envuelto en la Historia | El Reguero 2013

Cuando este artículo sale publicado, niños y jóvenes, monitores y sacerdotes, de las casas operarias de toda España estarán llegando a El Reguero para comenzar los XV Campamentos.

A todos nos hace ilusión recibir un regalo… verlo todavía lejos, saber que todo eso es para ti, calcular cuánto tiempo y dinero ha dedicado alguien a tu cariño es una idea, una experiencia, que gusta verdaderamente. Ilusión, sorpresa, nervios…
No todos los regalos son iguales ni los recibimos de la misma forma dependiendo de quién te lo regale: hay regalos que los esperamos, otros nos sorprenden, y hay quienes nos sorprenden con su regalo.
La cosa se complica un poco más cuando nos damos cuenta de que nos han hecho un regalo después de disfrutarlo… o cuando nos damos cuenta de que no hemos sido capaces de disfrutarlo, porque no nos gustó. ¡Qué experiencia más terrible es afrontar la cara de alguien que esperaba un regalo de nosotros y se encuentra con las manos vacías!

No todos los regalos son iguales, es cierto, unos te los ponen delante y otros están esperándote porque alguien lo dejó ahí para ti, y comienzan a ser regalos cuando estás preparado para descubrirlos. Con la vida pasa esto mismo. En nuestras historias personales se esconden multitud de regalos que por no venir empaquetados o no costar dinero, no dejan de ser buenos regalos, aunque de momento no los veamos así.

Estos 15 años de campamento han sido un regalo para nosotros, para todos nosotros. Una sonrisa, un consejo, una palabra de ánimo, aprender, reír, llorar. Todo el reguero es un gran regalo, al menos así lo he vivido yo, y creo que en parte todos. Nos hemos regalado vida, aliento, ánimo, amistad, recuerdos, imágenes… y tantas cosas. Jesús es uno de los regalos que hemos compartido durante estos años. La experiencia que cada quien hemos hecho del señor es un verdadero regalo. Pero… han quedado tantos regalos sin abrir en esta historia breve pero intensa…

Este año te proponemos abrir regalos, regalos que la propia vida nos hace. Te proponemos ser consciente de que eres un afortunado por poder compartir la vida de los demás durante estos días y abrir caminos de encuentro con todos los que formamos la gran familia de la Hermandad, de El Reguero. Un encuentro contigo, que eres mi gran regalo, del mismo modo que yo lo soy para ti. Es una pena: somos capaces de despreciar a alguien por no correr el riesgo de conocerlo. Es un regalo que rechazas.

Sí, lo has adivinado la fraternidad es un regalo por descubrir y además nuevo cada año. No creas… hay regalos que no nos gustan nada a primera vista,  por el papel que emplearon en su envoltorio, y nos los perdemos. Nosotros hemos buscado el mejor papel para ti, la historia… 10 momentos estupendos para encontrarme contigo, encontrarnos, volvernos a ver riendo, rezando y disfrutando de todo lo que estés dispuesto a compartir.
Estas historias envuelven muchos regalos, muchas sorpresas, muchas tardes y mañanas de diversión, esta historia envuelve mucho por descubrir.  Envueltos en estas historias queremos ser este año tu mejor regalo… sólo falta que te decidas simplemente a abrir los y a ser el mejor regalo para todos los demás. ¿Vas a venir a recoger tus regalos?

D. Antonio Peña
Director



miércoles, 19 de junio de 2013

Queda un mes | El Reguero 2013

Cuando quieres sorprender a alguien de verdad, cuando quieres dibujar una sonrisa porque le pones delante algo que no se espera; lo escondes, lo mantienes en secreto, lo envuelves de periódico o de colores hasta que lo descubres delante de él o ella y esperas de todo corazón que le salga la alegría por las orejas. Tenemos una tendencia natural a envolver lo que damos, sea con papeles o con la vida misma…
(No puedo evitar acordarme también de una escena de Love Actually, con un Mr. Bean empeñado en rodear de tanto envoltorio una joya que al final hacía perder la paciencia del hombre que quería hacer el regalo. A veces también nos perdemos en envoltorios y olvidamos lo esencial, y alargamos tanto y damos tanta importancia al lazo y el caramelo que se nos olvida que estamos aquí para entregarnos…)

Pero envolver es también rodear una cosa a otra por todas sus partes. Y estamos envueltos en nuestras vidas por el encuentro. A lo largo de este curso hemos ido descubriendo cómo estamos hechos de los encuentros de nuestros caminos, del encuentro con la familia, los amigos, la sociedad en que vivimos, el amor, la tristeza, un abrazo… y Dios.

También nos hemos y les hemos invitado a redescubrir nuestras Parroquias y nuestros Colegios como lugares privilegiados para el encuentro, encuentro que nos permite construir cosas nuevas, aunque a veces nos cueste el sueño, el cansancio, la desilusión o el miedo…

Envuelta en la Historia va esta invitación para todos los Jóvenes en Hermandad, animadores y escuela, mayores y junior. Una invitación a redescubrir, después de quince campamentos, que compartir El Reguero tiene aún mucho que enseñarnos.


Queda sólo un mes. Bienvenidos a casa.

domingo, 31 de marzo de 2013

Ser luz | Pascua 2013


Pocos gestos más visuales en la liturgia de la Iglesia que el rito de la luz de la Vigilia Pascual. Dos imágenes que se me quedan grabadas de este año: la primera, en la Parroquia donde he celebrado la Vigilia. Después de bendecir la hoguera, el párroco avanzaba entre el gentío, abriendo paso con el cirio, mientras las candelas que llevábamos los fieles en las manos se iban iluminando. Al entrar en el templo, a oscuras, se veía el resplandor titilante sobre los rostros y sobre las paredes del templo.
La segunda imagen me ha llegado días después, por internet. Es la Vigilia en San Pedro, presidida por el Papa. Lo mismo: las velas que iluminaban la nave central de la Basílica, y las luces que se encendieron con el último “luz de Cristo”…

Con todas estas imágenes, con “la Iglesia revestida de luz tan brillante”, llega la certeza visual de que la luz es capaz de romper todas las oscuridades.

Decía a los jóvenes de Majadahonda con quienes me encontraba el domingo que imaginaran El Reguero a oscuras, sin ninguna luz, ni siquiera de estrellas o luna, ni resplandores de la carretera. Sólo oscuridad.
Una vela encendida en lo alto de la casa, en esa oscuridad, sería visible desde el otro extremo de la finca. Esa es la fuerza de la luz.

La Pascua es como una flor que crece en medio de las losetas de una acera, y para los animadores, acompañar a otros más jóvenes es también encuentro con esa flor. Esa es la fuerza del amor.

Y por fuerzas como esta decimos que Cristo es luz para el mundo, y procesionamos el cirio en medio de la oscuridad para proclamar que esas tinieblas de la muerte en que quiso ser encerrado y enterrado fueron vencidas por el amor de un Dios que se empeña en estar en el mundo, en medio de nosotros, y ser luz en nuestras vidas, en nuestras relaciones, en nuestras penas, en nuestros más oscuros bosques. Y ese amor rompe esas oscuridades.

La invitación es la misma que en la Vigilia: encender nuestras candelas del cirio, ser luz de Cristo en medio del mundo y dar gracias a Dios. Amar vence muros y derrotas, y estamos llamados a amar.
Algunas luces compartidas durante estos días de Pascua nos llevaban a reflexionar hasta dónde seríamos capaces de llegar por amor. Es una buena reflexión para estas semanas de Pascua.

Jesús llegó hasta la cruz.

Así pues caminemos siendo luz, llevando la candela encendida en medio de tantas oscuridades que nos envuelven estos días, estos tiempos… Amando sin medida. Ser luz, como llamada en medio del mundo, y sin miedo, porque Jesús camina con nosotros, “va delante de vosotros a Galilea” (Mt 28, 7).

Feliz Pascua, feliz paso del Señor liberador en medio de nuestras vidas.


“Al nombre de Jesús toda rodilla se doble [...] 
y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor” 
(Filipenses 2, 10-11)