Este domingo, 13 de octubre, en Tarragona
viviremos una beatificación «récord», como han tildado los medios de
comunicación. Pero los martirios «siguen dándose hoy», a cada momento. Nos
preparamos para la beatificación de 522 mártires españoles del siglo XX que
tendrá lugar el 13 de octubre.
Todavía está en el
recuerdo el reciente ataque a la ciudad de Malula, en Siria, y el asalto a una
familia grecocatólica a la que forzaron a abandonar su fe. Al no hacerlo les
asesinaron. El arzobispo de Tarragona, Jaume Pujol, comentó hace unas
semanas: “el martirio no son las persecuciones que tuvieron lugar durante la
época de los romanos, sino que es algo muy actual. Esta familia siria vivió un
verdadero martirio por odio a la fe”.
La del 13 de
octubre será la beatificación más numerosa de la historia de la Iglesia. Tiene
lugar precisamente en la ciudad de Tarragona “para unir estos mártires del
siglo XX con los que murieron en los primeros siglos del cristianismo”, como
son los santos mártires Fructuoso, Eulogio y Augurio. “Esta beatificación es la
gran oportunidad pastoral para entender que el martirio de estas personas es la
coherencia con su fe en un acto de amor supremo, que fue entregar su vida. Y
también para aprender de ellos el perdón y la misericordia”, ha afirmado el
Obispo de Tarragona.
Hemos de explicar
que se les designa “mártires del siglo XX” y no mártires de la Guerra Civil
española, pues algunos de los mártires que se van a beatificar no murieron
durante los años de la Guerra Civil. “Sería equívoco pensar que estos mártires
fueron combatientes caídos en la Guerra Civil, o que fueron víctimas de
cualquier tipo de venganza, sino que murieron por amor a Jesucristo, por su fe.
Martínez Camino también comentó que “durante el siglo XX más personas sufrieron
el martirio que durante todos los siglos anteriores”.Se espera que asistan unas
20.000 personas y estarán disponibles unos 700 voluntarios. Monseñor Martínez
Camino ha insistido en que será una beatificación “austera y digna”. Estarán
presentes obispos de casi todas las Diócesis de España y unos 200 alcaldes de
las localidades originarias de los mártires que se beatificarán. Una copia de
la Virgen de Monserrat, patrona de Cataluña, presidirá el altar de la
celebración.
Bajo el altar en el
que se celebrará la Misa de Beatificación estarán las reliquias de San Jaime
Hilario, San Pedro Poveda, fundador de las Teresianas, San Inocencio de la
Inmaculada, sacerdote pasionista que murió en 1934 y que fue beatificado en
1999 y de los protomártires San Fructuoso, San Eulogio y San Augurio que
murieron en el siglo III.
Con esta
multitudinaria beatificación, serán ya 1523 los mártires fallecidos en España
beatificados recientemente. Esta beatificación no es un acto político ni
reivindicativo. Por eso, tal y como Benedicto XVI pidió para otras
celebraciones multitudinarias, “no habrá pancartas ni banderas de ningún tipo
con el fin de que este acto sea exclusivamente un acto religioso.
El Obispo de
Tarragona, Mons. Jaume Pujol, ha insistido en que “esta beatificación no va
contra nadie. Sólo se quiere honrar a estas personas. Hablamos de diálogo, de
respeto y de perdón, que es la gran lección que estos mártires nos dan, al
igual que Jesús en la cruz”.
Desde un principio
la Iglesia ha celebrado la memoria de los mártires, que son los santos por
antonomasia. San Policarpo de Esmirna, martirizado hacia el año 155, puede
haber sido el primero a quien la Iglesia dispensó un culto especial.
Los mártires han
vivido el misterio pascual de Jesús de la manera más literal posible, en el
derramamiento de su sangre. Al celebrar a los mártires, celebramos el misterio
pascual de Cristo con el que ellos se han identificado, y del que han sacado la
gracia y la fuerza para ser fieles en el martirio. El único santo es
Jesucristo, y la santidad de los santos no es independiente de la de Cristo,
sino participación de ella. Celebramos la fuerza de Cristo presente en medio de
la debilidad de los hombres.
El concilio
Vaticano II nos recuerda: “La Iglesia introdujo en el círculo anual el recuerdo
de los mártires y de los demás santos, que llegados a la perfección por la
multiforme gracia de Dios y habiendo ya alcanzado la salvación eterna, cantan
la perfecta alabanza a Dios en el cielo e interceden por nosotros. Porque al
celebrar el tránsito de los santos de este mundo al cielo, la Iglesia proclama
el misterio pascual cumplido en ellos, que sufrieron y fueron glorificados con
Cristo, propone a los fieles sus ejemplos, los cuales atraen a todos por Cristo
al Padre y por los méritos de los mismos implora los beneficios divinos” (SC
104).
Entre los nuevos mártires está Joaquín Jovaní y otros 14 sacerdotes
Operarios Diocesanos, «muertos por odio a la fe en España». Todos eran
formadores de seminaristas, en ningún caso personas implicadas en la política,
y testimoniaron que el seguimiento de Jesús pasa por la Cruz…, pero nunca acaba
en ella, sino en el cielo.
Durante los años 1936-9 la estadística nos da el número de 12 obispos
asesinados; 4.184 sacerdotes seculares, incluidos los seminaristas; 2.365
religiosos y 283 religiosas. Un total, por tanto, de 6.844, a los que pueden
añadirse gran número de seglares que fueron inmolados por solos motivos
religiosos.
Incluidos en esa lista fueron asesinados solo por el hecho de ser
sacerdotes un total de 30 Sacerdotes Operarios Diocesanos. La Hermandad hacía
pocos años había sido fundada en 1883, en Tortosa (Tarragona) por el sacerdote
Manuel Domingo y Sol, que falleció en 1909. Se trataba, pues, de una asociación
sacerdotal de reciente creación. El martirio diezmó en un tercio la
institución.
En 1995 beatificaba
el papa Juan Pablo II, de esa treintena mencionada, a nueve sacerdotes
operarios mártires, encabezados por Pedro Ruiz de los Paños. Y siguió en marcha
el proceso de los otros veintiuno restantes. Ahora sumamos estos otros 15
Operarios mártires, encabezados por Joaquín Jovaní, que son declarados Beatos y
Mártires en Tarragona el 13 de octubre de 2013.
Nuestros mártires
fueron ejemplares en vida y Dios quiso concederles el gran premio del martirio,
don concedido a pocos. Todos estos mártires fueron al martirio con una vida
madura de virtudes y no por casualidad… Las cualidades humanas y el perfil
espiritual de cada uno de ellos son dignos de ser propuestos como ejemplo y
punto de referencia para todos. Que su sangre, derramada por confesar a Cristo,
suscite siempre en la Iglesia pastores según el corazón de Dios, que se nos ha
revelado plenamente en el corazón de Cristo buen Pastor.
Todos ellos son
sacerdotes-mártires, educadores de numerosos sacerdotes, muchos de los cuales
los emularon en el testimonio supremo del martirio.
+ Padre de bondad, que con la sangre de tus
sacerdotes Joaquín Jovaní Marín y compañeros, fecundaste su labor apostólica,
orientada de manera especial a la formación sacerdotal, concédenos, por su
intercesión, abundantes vocaciones para dispensar tus misterios, fidelidad en
el servicio de tu Reino, y la gracia que te pedimos por su intercesión. Por Jesucristo
nuestro Señor. Amén.