Y diocesanos

¡Buen domingo a todos!

Se va a acercando el final del tiempo ordinario, camino del Adviento que nos conducirá hasta la Navidad. Este domingo anterior a Cristo Rey, la Iglesia celebra el Día de la Iglesia Diocesana.
Veréis.

Somos una familia, eso lo sabemos y lo vivimos cada día, cada vez que nos juntamos en el Reguero o Los Molinos, cuando hablamos, y nos queremos y nos reímos.
Pero también sabemos que este ser cristianos que intentamos vivir cada día no lo es en Hermandad, no solo en Hermandad. Nuestro día a día transcurre en parroquias y colegios, en ciudades y pueblos concretos. En nuestras misas nos acordamos de obispos, celebramos patrones y acudimos a fiestas comunes. Somos Iglesia que camina en diócesis.

Unas son más grandes y otras más pequeñitas, unos obispos son más simpáticos y otros más serios, unas fiestas son en verano y otras en invierno, tenemos catedrales más o menos grandes, vigilias con más o menos cantos, hermanos y hermanas de otras parroquias que viven lo mismo que nosotros. La Iglesia local que nos acoge es nuestro barrio, ciudad y familia. El Obispo es nuestro gran párroco, y los curas le ayudan, y así construimos el Reino al que nos llama Jesús. Más allá de nuestros propios muros hay miles de jóvenes que viven, cantan y rezan lo mismo que nosotros.

Abrid las puertas, conoced a los otros, vivid vuestra iglesia local. Pidamos hoy por nosotros, para que seamos capaces de vivir nuestras diócesis. Por Antonio María, obispo de Madrid; Manuel, obispo de Zaragoza; Carlos, obispo de Valencia; Ricardo, obispo de Valladolid; y Carlos, obispo de Salamanca. Pidamos por sus curas, entre los que están los Operarios, por sus parroquias y colegios, entre los que están los nuestros. Pidamos por los jóvenes de nuestras diócesis y por el trabajo de todos los que se dejan la piel por Jesús.

Feliz diócesis.