lunes, 9 de noviembre de 2009

De convivencia - Dondequiera que vayas


“Dondequiera que vayas” es lema que ha reunido en Los Molinos, el fin de semana del 6 al 8
de noviembre, a 32 jóvenes, 9 monitores y un sacerdote de Valladolid, Salamanca, Majadahonda
y Valencia. Como nos decía una canción del Campamento de hace dos años, “el horizonte,
encontrar la vocación”, descubrir las llamadas de nuestra vida, las respuestas a esas llamadas, y
la llamada de Jesús que nos convoca.

Llegamos, en medio de la alegría de los reencuentros, el viernes noche, recibidos por uno de los
hermanos maristas responsables de la casa. Tras la cena, la dinámica preparada por
Majadahonda nos recordaba la disposición a tener el móvil siempre encendido, con cobertura,
disponible a la comunicación con los otros.
El día fuerte, el sábado, fue preparado por Valladolid y Salamanca. Trabajamos a través de una
dinámica de Role- Playing las posturas ante determinadas llamadas. Se dividió a los jóvenes en
grupos que representaban distintos entes sociales: la familia, los amigos, los famosos, la
Iglesia… Estos grupos rotaban entre distintas ‘estaciones’ en las que se encontraban con
monitores que les hablaban del amor, el consumismo… Antes esos encuentros, en la puesta en
común: ¿ofrece el grupo al que representamos eso? ¿Ofrece la familia consumismo, o amor, etc.?
Ya en la tarde, una pequeña gymkhana para ver, a través del juego, cómo las respuestas que
vamos dando a las opciones que nos ofrece la vida pueden configurar ésta de muy diferentes
maneras. Después, trabajamos tres textos evangélicos: la curación del ciego de Jericó, la
llamada a los apóstoles y el encuentro con el joven rico. Reflexionaron individualmente, por
grupos de origen y, finalmente, en una puesta en común, cómo llama Jesús y a qué llama, y
cómo siempre escucha al que le llama.
La noche acabó, después de compartir la cena, con un juego por equipos ambientado en el
mundo de la telefonía móvil, y una sencilla oración de acción de gracias por el día vivido y una
reflexión acerca de qué es lo que nos impide abrir nuestros corazones, a los demás y al mundo,
todo ello preparado por Valencia.

El domingo, tras desayunar y orar juntos, preparamos y celebramos la Eucaristía, en torno al
texto evangélico del óbolo de la viuda, que sirvió para cerrar las reflexiones de esta convivencia.
Esta nueva convivencia ha servido, desde luego, para reencontrarnos tras El Reguero 2009 y
retomar el curso de las actividades comunes de Hermandad. Hemos vivido cambios durante este
año, y celebramos la incorporación de monitores de la Hermandad que han cambiado su lugar
de residencia y se han incorporado a las actividades de esos nuevos lugares. Esto nos hace caer
en la cuenta del sentimiento de gran familia que se respira entre acampados y monitores, y de
cómo el proyecto común de Mosén Sol tiene fuerza y presencia en las vidas de quienes
participamos en la PJV.
Y ha servido para arrancar este año ilusionante, con el tema de la llamada-vocaciónmisión
de fondo.

Ha resultado muy positiva la participación de todos los muchachos, aportando desde sus
vivencias particulares y sus grupos de origen su experiencia de la llamada como parte de sus
vidas, de especial relevancia por las edades en que se encuentran.

Recibimos, además, desde Canarias, el saludo de don José Ayllón y de don Carlos López; desde
Majadahonda llegó también la llamada de don Esteban Díaz y don Salvador Conde y, desde
Salamanca, de don José San José Prisco. Tuvimos también la oportunidad de saludar y
compartir un rato con el Delegado en España, don Florencio Abajo, que vino a visitarnos.

Volvemos a nuestras casas a seguir, como decía un monitor, “atendiendo a las llamadas”,
intentando cambiar la mirada, como invitaba Jesús a hacer a sus discípulos en la escena de la
viuda. Construyendo y viviendo al estilo del maestro.

Que soñéis y sonriáis siempre.

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