Para
finalizar la celebración de la Vigilia Pascual en la Pascua Joven en Hermandad
2010, se encargó la redacción de un Manifiesto Pascual a dos de los jóvenes
presentes. Lo hicieron Javier Ferrer Arizmendi, del 2º año de Escuela de
Verano, joven de la Parroquia Beato Manuel Domingo y Sol de Majadahonda y
catequista de Junior allí; y Nuria Rodrigo Hernando, del 1er año de Escuela de
Verano, joven de la Parroquia de Santa Teresa de Jesús de Valladolid y que
recibirá el Sacramento de la Confirmación el próximo mes de mayo.
dondequiera que vayas
Llegamos
aquí cargados de ilusiones, buscando reencontrarnos con viejos amigos, con
viejas y nuevas caras. Sabíamos que veníamos a rezar, aunque quizás para la
mayoría de nosotros no era eso lo principal.
Pero…
¡Cuánto nos equivocamos! Poco a poco fuimos descubriendo que estaba sucediendo
algo más. Más allá de todas nuestras ilusiones había algo que no esperábamos, algo mucho más grande.
Empezamos
a darnos cuenta ya desde el primer día: Dios
mismo abrazándonos, acariciándonos, regalándonos su perdón en unos y en otros.
Era Él quien nos infundía el valor y la paz para atrevernos a ser también
nosotros portadores de su amor.
Seguimos
caminando, y ya era el mismo Jesús el que nos envolvía y nos susurraba: “Venid a mí, yo seré quien cargue con vuestra cruz”.
Y así íbamos abriendo los ojos, mirándole en la cruz, comprendiendo su amor
hasta dar la vida, tratando de consolarle mientras era Él quien nos daba vida,
alivio y consuelo. Empezamos a descubrir celebraciones, aparentemente
aburridas, como un reflejo de su verdad y de su amor.
Todo
esto que hemos vivido, ¿gracias a quien? A un solo hombre, Jesús, que no perdió
su vida, sino que la entregó para quedarse vivo entre nosotros, y que hoy nos
reúne aquí en torno a Él.
Y
también a todas aquellas personas que, al igual que nosotros hemos comenzado a
hacer, se embarcaron en la aventura de conocerle, amarle y seguirle. Entre
ellos, el Beato Manuel, que se
atrevió a soñar que algún día jóvenes de lugares distintos se reunirían para
celebrar y compartir su amor.
El
sueño de Manuel no habría sido posible sin la entrega incondicional de las
personas que han hecho que todo esto se haga realidad.
Mañana
volvemos a nuestras casas, nuestros trabajos, nuestras vidas; lo que en teoría
es el “mundo real”, aunque todos sabemos que no hay nada más real que lo que
hemos experimentado estos días.
Hemos
compartido, aprendido y vivido; todo esto no puede caer en el olvido. Tanto
amor, tantas palabras, no pueden ser dejadas atrás,
pues
nos invitan a hacer el compromiso de seguirte
dondequiera que vayas.
En
nombre de los Jóvenes de la Hermandad, Nuria
y Javier.
Los
Molinos, Madrid, 4 de abril de 2010.
En
la noche santa de la Resurrección.
Feliz pascua
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