Una de las historias más fascinantes del Antiguo Testamento tiene como protagonista a un personaje único: Moisés, el salvado de las aguas.
Lo interesante del personaje no es su historia anterior, o al menos no sólo. Me refiero a que fuera sacado del Nilo y criado en la corte del Faraón.
Lo interesante es la capacidad que tuvo para marchar delante de un pueblo. Vio las injusticias que se cometían contra los hebreos, se encontró con el Señor, fue ante el Faraón, y salió de Egipto al frente de una nación en busca de la tierra que Dios les había dado. Y delante de ellos, abriendo paso, dividió el mar en dos y volvió a salvarse de las aguas.
Abriendo paso llegó también Jesús. Desde que visitó a Juan en el Jordán, como uno de tantos, hasta su Resurrección, abrió paso a los humildes, las mujeres, los niños. Los más pequeños de la Tierra se hicieron fuertes de su mano. Y pasó finalmente al Padre desde la cruz, y vive en nosotros y entre nosotros.
El término hebreo Pésah (Pascua) quiere decir ‘paso’, y nos habla del paso de Dios en medio del pueblo de Israel, y nos habla del paso de Jesús entre nosotros.
Ahora queremos invitar a los más jóvenes de la Hermandad, los que crecen con Jesús en las Parroquias, Colegios y Seminarios en los que están los Operarios, a que acompañen el paso de Jesús en la Pascua. Y a que ellos mismos abran paso a los que vienen detrás.
Un saludo en Cristo.
Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos
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