sábado, 6 de octubre de 2012

Volvernos a ver | Curso 2012-2013


Puedes leer la motivación completa pinchando aquí

Nuestra vida transcurre a veces como en una especie de somnolencia. Estamos dormidos frente a las cosas esenciales, y andamos deprisa. Caminamos rápidamente creyendo que vamos a un lugar importante y no reparamos en las cosas del mundo sencillo que nos rodea. Nos metemos adentro nuestro, lugar donde vivimos la mayor parte del tiempo y nos cargamos de proyectos, miedos, o angustias.
Sin embargo, en algunos momentos, salimos de esa vorágine y escuchamos justo la palabra que necesitábamos. Nos cruzamos con una mirada que penetra hondo en nuestro interior. Y nos damos cuenta de que el encuentro, ese encuentro con un tú, es lo más maravilloso que hemos experimentado, lo que en realidad siempre habíamos estado buscando.
La vida no es otra cosa que una cadena de encuentros y reencuentros sucesivos con la realidad: las cosas, y las personas, y el Tú de Dios.

Este curso 2012-2013 la invitación es clara: Volvernos a ver
Vamos a invitar a los jóvenes de las parroquias y colegios de la Hermandad a experimentar que sólo a través de un encuentro de calidad se construye la fraternidad.

                 

Mi hermano está aquí, allá; y ese es mi lugar, eso ya lo sabemos… Ahora hay que salir a su encuentro.  
Salir a su encuentro y calcular qué voy a aportarle yo, de hecho, ¿qué aporto en mi comunidad para que ese encuentro, crecimiento, acompañamiento… se dé? Vamos a encontrarnos o reencontrarnos con él para seguir creciendo juntos. Quizás ya no estemos latiendo al mismo son, quizás nos hayamos podido desilusionar y hayamos abandonado la casa añorándola, o esperando que vuelvan tiempos mejores, quizás  sólo nos hemos apartado de la casa… Ahora queremos ir a la acción y provocar verdaderas experiencias de fraternidad que consigan encontrarnos o reencontrarnos con nosotros mismos, formando parte de una gran familia, esta gran familia de la Hermandad que se renueva.

El Encuentro pasa por experimentar aquello del filósofo: no puede haber yo sin un tú. Desde esta óptica somos capaces de renunciar incluso a lamernos las heridas  en vistas a un objetivo mayor: la fraternidad, la fuerza del equipo, la verdadera experiencia de comunión…

                  

La parábola del hijo pródigo, o del Padre Bueno, que va a ser la guía para el camino de este curso, nos habla de encuentro. Nos habla del encuentro del hijo con el mundo, un mundo que descubre que no le gusta tal y como él lo ha planteado. Nos habla del encuentro del hijo con su hermano, en la vuelta, y del hermano con el hijo. Y nos habla del encuentro salvador, con su Padre. La frase final, que hemos escogido con subtítulo de este curso, nos narra cómo su salvación está en el encuentro, un encuentro que le ayuda a replantear la vida y a vivir los encuentros futuros de una manera abierta y salvadora.


Este año vamos a redescubrir nuestras comunidades, parroquias, colegios, etc. como lugares de encuentro donde verdaderamente me siento como en casa, la casa del Padre bueno que me espera, y donde también me encuentro con mi hermano, mi familia y yo mismo, mi historia y tantos y tantos recuerdos que cada día me repiten quien soy.
Pretendemos redescubrir la Hermandad como un lugar de crecimiento común para pequeños y grandes. Queremos volvernos a ver con la misma mirada del Padre que ama y perdona; o quizás con la mirada del hijo que redescubre el amor en los ojos de un Padre que no tiene sitio en el corazón para el rencor, o con la del hermano que es capaz de desactivar todo lo que bloquea el abrazo. Sea como fuere… 

¿No crees que es tiempo de volvernos a ver en casa?




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