domingo, 27 de mayo de 2012

Un Espíritu que cambia el mundo


Erase una vez un pueblo triste. Las historias no suelen empezar así, pero este pueblo vivía sentado, escondido, asustado. A veces compartían banco o tristezas o miedos, pero no se miraban, no se conocían, no se hablaban ni se tocaban… Eran tristes porque, siendo muchos, estaban solos… Y no lo sabían…

Una mañana hubo alguien que los conoció. Les empezó a enseñar cosas. Les enseñaba cómo eran los que tenían al lado, en el banco. Cómo eran los que tenían enfrente. Les enseñó a querer a los otros y a quererse a sí mismos. Hablaba con palabras raras porque para él, aceptar al otro era “salvarse”, escuchar al otro era “amar”, a Dios lo llamaba “Padre”, a los demás los llamaba “hermanos”. Cambió la forma de mirar y de entender. Y una tarde, a la muerte la llamó “vida” subido en una cruz, y se quedó con ellos para siempre…

Pero se olvidaron pronto, y volvieron a asustarse, a esconderse, a separarse, a no mirarse. Y cuando estaban así, encerrados en sí mismos, sin ventanas ni puertas…entonces ocurrió algo…

Un viento los despertó, una luz se llevó el miedo, y comenzaron a entenderse aunque fueran distintos, comenzaron a romper las barreras que los separaban, se abrazaban para poder caminar juntos… Y fueron por todo el mundo abrazando a otros, enseñando a otros quién era Él, estando cerca de los empobrecidos, de los enfermos, de los jóvenes, de los niños, de los que necesitaban una mano o un abrazo.A ese viento y a esa luz lo llamaron Espíritu…

Un espíritu que cambia el mundo…

Feliz Pentecostés…

0 comentarios: