El cambio, o la conversión, es una decisión de inicio, fundante. Se cambia
para comenzar algo nuevo. El Miércoles de Ceniza no es una celebración de
tristeza o de autocompasión, ni de ir proclamando nuestra fidelidad a
tradiciones, o a normas… “Cuando ayunéis, no andéis cabizbajos”. La conversión
es el comienzo de algo nuevo y mejor, un paso más, una mirada al final visible
del camino y un comenzar a andar…
Las tradiciones cuaresmales nos hablan de una manera de caminar.
La limosna, es decir, estar atentos a las necesidades de nuestros hermanos,
vivir de tal manera que tengamos los ojos abiertos y los oídos atentos a los
empobrecidos, los desahuciados, los parados… a tantas realidades de nuestro
mundo que nos están gritando.
La oración, el corazón abierto a Dios. Tener la disposición para buscarle a
lo largo del camino, en el mundo y los hermanos; y para escucharle en el
silencio. Poder decirle, “¿Qué quieres de mí?”.
El ayuno, no sólo traducido en comer menos, o comer potaje los viernes, no…
Olvidarnos un poco de pensar solo en nosotros mismos y nuestras necesidades,
andar más fuera del yo…
Y caminar.
Harijans
Es estrecho tu camino,
no hay que andar cargado,
sólo hay que arriesgar,
caminar a tu lado.
Llueva truene o no salga el sol
cogeré el arado,
no miraré hacia atrás
lo que allí fui dejando.
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