Alabado sea el Señor que nos ha dado
un nuevo Pastor de la Iglesia Universal,
Su Santidad el Papa Francisco.
Nos unimos en oración de alabanza y acción de
gracias,
con María, a toda la Iglesia.
Proclama mi alma la grandeza del
Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi
Salvador,
porque ha mirado la humillación de
su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las
generaciones
porque el Poderoso ha hecho obras
grandes por mí.
Su nombre es Santo
y Su misericordia llega a los fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo,
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de
bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, Su siervo,
acordándose de la misericordia
- como lo había prometido a nuestros
padres -
en favor de Abrahán y su
descendencia
por siempre.
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