viernes, 22 de febrero de 2013

Mirar de otra manera | Domingo II de Cuaresma

Jesús sube con tres de sus discípulos al monte Tabor. Es un lugar retirado, un lugar santo, un lugar para encontrarse con Dios y escucharlo. Seguir nuestra vocación, la llamada de Dios, es camino de encuentro con él.

Y nos enseña a mirar el mundo de otra manera, desde Dios.
Jesús se muestra a sus discípulos “transfigurado”. En él pueden ver al mismo Dios, y que lo acompañen Moisés y Elías une directamente la tarea salvadora de Jesús con la de los profetas, desde el principio de los tiempos. Mostrándose de otra manera, Jesús enseña a mirar de otra manera. Mirar el mundo con los ojos de Dios implica que el mundo es casa, que los otros son hermanos, que Dios es Padre y que la manera de relacionarse es el amor… Y en eso se resume el Evangelio, mirar con la mirada de Dios y amar con corazón de Jesús.

Ellos le dicen “Haremos tres tiendas”. Las posiciones de comodidad, de quedarse donde se está a gusto, de seguir mirando al cielo… Jesús vuelve a bajar del monte con ellos, camino de Jerusalén. Nos invita a no acomodarnos, a seguir caminando con él al lado.

A mirar el mundo y nuestro camino de otra manera.


Vocare

De día el sol ya no será tu luz,
ni de noche la luna te iluminará,
porque el Señor será para ti
una luz que no se apaga.

Tu resplandor será tu Dios.
Tu resplandor será tu Dios.

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