Qué
tarea ardua tienen los filólogos y lingüistas cuando surge una nueva palabra en
boca de todos. Porque hay que investigar el origen, saber si se usa y dónde,
conocer sus significados y contextos. Y amarla un poco, para hacerla nuestra.
Cada
año, la Real Academia admite nuevas palabras que los hispanohablantes hemos
adoptado como propias. Incluso aunque a veces a los venerables académicos les
rechinen los dientes… beisbolero, bloguero, chatear (y no vinos), okupa, friki,
sushi y nuestra querida gayumbos son alguna de las últimas…
Anduvizar
es un verbo. Es un verbo de la primera conjugación, como es evidente.
Anduvizar
surge de la necesidad de expresar con palabras lo que significa el Adviento,
este tiempo de esperanza que nos lleva a la Navidad. Durante el Adviento
anduvizamos y nos anduvizamos, e invitamos a otros a anduvizarse, hasta hacer
espacio en nuestro mundo y nuestros corazones para que Jesús vuelva a nacer de
nuevo.
Con
el lema “Volvernos a ver” hemos querido hacer de este curso un tiempo para la
vivencia de la fraternidad desde la experiencia del encuentro. Y eso es también
anduvizar…
Así
pues, anduvizar es encuentro, con nosotros mismos y con el mundo. Una manera
especial de encuentro que nos hace estar despiertos, atentos, “en vela”; para poder
desde esa vela conocernos y conocer y ver las señales de esperanza en nuestro
mundo.
Anduvizar
es camino, un proceso de cambio que nos permite “allanar el sendero” y preparar
la rotunda llegada de Dios a nuestras vidas, humilde entre los humildes, niño
pobre…
Anduvizar
es también cambiar, convertirse. Ese proceso de encuentro con nosotros nos debe
llevar a dar un giro positivo en nuestras vidas, un cambio de mirada, de
actitud, un giro de la cara de la moneda que nos permita, en el encuentro,
relacionarnos de una nueva manera…
Y
anduvizar es alegría. Porque el camino de encuentro y de cambio nos lleva a
encontrarnos también (y sobre todo) con el Señor de nuestras vidas, y a
“saltar” de alegría, como Juan en el vientre de Isabel.
El cartel representa a un banco de peces, todos nadando. Uno decide caminar hacia otros encuentros, cambiar, y en el encuentro y el cambio, la alegría que da saberse con un nuevo horizonte. Anduvizar...
Este año hemos habilitado un blog (al que podéis acceder en los enlaces de Adviento de la página) en los que iremos colgando la orientación general y los comentarios de cada domingo, y donde encontraréis también las lecturas de las ferias y domingos de Adviento.
Que
sea el Adviento un tiempo de esperanza, y que en este camino de encuentro,
sepamos hacer cada día más grande la definición del verbo. Esta esperanza, este
camino, esta invitación es para todos, como dice Isaías.
“Todos
verán la salvación de Dios”.
¿Nos
anduvizamos?
Feliz
Adviento.
Él
viene siempre.
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